sábado, 10 de enero de 2015

'Casualidad'

Llevaba más de un mes sin saber de él, no había llamado por telefono, ni escrito correos. Comenzaba a perder la esperanza, cuando se plantó a fuera de mi universidad con una amplia sonrisa, unos jeans y camisa con un par de botones abiertos, con sus pies y brazos cruzados apoyado sobre su Jeep. Intente mantener la calma mientras caminaba hacía el. Quisé besarlo en la mejilla cuando tomo mi rostro entre sus manos y me beso en los labios, largos minutos. 
-Te extrañe....
-¿Cuanto? -- Pregunto coqueta. 
-A cada minuto, a cada hora, cada día...
-Se puede decir... que te vuelvo loco ¿Cierto?
-Más que loco. 
A diferencia de lo que creí, ni había viajado por tema de trabajo, ni había buscado una excusa, solo dijo en la oficina como en su casa que debía venir por temas personales a Santiago y me ponía bastante feliz aquello. 
-¿Qué piensas? -- Pregunto besando mis hombros desnudos. 
-En nosotros. -- Me arrepentí enseguida al escucharme decir eso "Nosotros" 
-Yo también pienso en eso...-- Mi sorpresa  fue mayor. -- No quiero que pienses que solo vendré a ti por un juego, que no te quiero en realidad, que no siento algo verdadero, porqué no es así...no se porque te pienso tanto...
-Te amo. -- Dije con los ojos cerrado, tenía miedo de ver su reacción. 
-También te amo...

Estuvo dos semanas en Santiago, regreso al mes siguiente  y planeaba no ausentarse por mucho tiempo. 
Fue facil inventarle a mi familia un viaje junto a mis compañeros durante vacaciones de invierno, para eso necesitaba una complice. 
-Por favor Cata... por favor. 
-Simona, puede ser tu tio...
-Pero no lo es, por favor...
-Ya y ¿Si llama la tia? ¿Que le digo?
-No te llamará contestaré todas sus llamadas, lo prometo, -- Supliqué. -- Por favor, de verdad que necesito ir...
-Simona, me da lo mismo mentirle a la tía. -- Confeso mi morena amiga de cabello rizado y caderas pronunciadas. -- pero me preocupas tu, ir a meterse allá, con su familia, no sabes como son, no sabes como te recibirán....¿Qué dira, que eres su amiga? 
-Ya les dijo de mi. 
-¡Ay no! ¿Y que le dijeron?
-Bueno, su hija no quiere saber de mi...sus hermanos estan intrigados, también estará un sobrino y unos amigos de sus hijos...creo que solamente ellos. 
-No sé, solo tengo miedo de que algo salga mal. 
-¿Otro de tus presentimientos de bruja? -- Bromee
-No te burles, y por favor cuídate. 



~

Su casa era un amplio lugar de madera, con varias habitaciones y terrazas, un amplio jardín verde y con muchas flores, una piscina que durante la noche se iluminaba. En la entrada siempre habían autos, casi todos Jeep. Iba envuelta en una chaqueta de cuero, un par de poleras y un chaleco de lana gruesa cuando conocí a su familia. Su hija era una delgada joven rizado y colorín, la cual no me miraba e ignoraba mis comentarios acertados que sus hermanos, me celebraban. Ambos morenos de ojos verdosos que junto a sus amigos se apresuraron en pararse de la mesa. Ella los secundo. Junto a nosotros se quedo su sobrino Cristotabl, un joven de cabello castaño y alto, llevaba una camisa blanca y unos jeans ajustados. Era dibujante y había llegado hace dos semanas de Inglaterra. Tenía un tatuaje en su espalda que se traslucía. 
-Iré a verla. -- Beso mis labios y se puso de pie. -- Permiso, ya vengo. 
Nos quedamos en silencio. Él quiso comenzar la conversación. 
-Así que....mi tío se ha sacado la loteria contigo. 
-¿Por qué lo dices? 
- Eres muy linda, y bastante relajada para venir aquí. No tomes en cuenta a mi prima es un poco mimada... 
-Espero funcione todo...
-Tranquila, no habría porque no adorarte.
 Nuestra conversación fue interrumpida cuando comenzamos a escuchar gritos. Eran ambos. 
Seguimos sus gritos hasta encontrarnos con su hija con los ojos rojos y él bastante incomodo. Me quise acercar a él, quizá brindarle apoyo, pero se alejo, me rechazo con sutiliza que no fue suficiente para no sentirme incomoda. 


Los próximos días ella se encargo de hacerme sentir fuera de lugar, dando comentarios de su madre, del recuerdo de ella, de la diferencia de edad y de como malgastaba su tiempo libre, en ,lugar de estar con ellos. Casi siempre sus hermanos intercedían pero con el tiempo comenzaban a aburrirse de la situación ignorándola. Con Marcos, la situación no era como yo pensaba, cada vez que estábamos solos, era él el que quería hablar mientras yo le sacaba la camisa, o yo quería preguntarle que pasaba mientras se apresuraba a meter su mano por debajo de mi polera. 
Nada estaba saliendo como yo quería. 
Se me había hecho habitual salir durante las noches a la terraza, simplemente a estar sola, en la disyuntiva de volver a Santiago, de no decir nada y hacer como si nada pasase. 
-¿Sin poder dormir?  -- Cristobal parecía ir por la casa al igual que yo por la mía, sin que nadie notará mucho su presencia. 
-Así es...
-¿Estas bien? -- Me interpeló. -- Puedes ser honesta, no te veo muy cómoda...
-La verdad que no, tu prima me esta causando problemas. 
-Dime, te escucho. -- Se acomodo en la silla que estaba en frente mío, saco un cigarrillo de su chaqueta y se dispuso a escucharme. 
-No, no te quiero aburrir. 
-No seas loca...dime, te escucho.

Esa noche hablamos más de dos horas, sin tener mayores lapsos de silencio, y sin sentirnos incómodos. 
-Bueno...Simona, animo....y, ya sabes que puedes contar conmigo de salvavidas si me necesitas. 
-Gracias... 
Quisimos abrazarnos cuando nos quedamos detenidos uno en frente de otro. Sin retroceder, sin decir nada, sin hacer nada mas que mirarnos a los ojos y ver como nuestros cuerpos se acercaban en un beso, sin detenernos y sin decir nada. Nos estábamos besando. Me abrazaba por la cintura, besaba mi cuello, y acariciaba mi cadera. Lo besaba y me gustaba...

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