viernes, 12 de diciembre de 2014

REGRESA

II


No podía sacar su recuerdo de mi cabeza, ni aferrarme al murmuro de su voz. No solté su recuerdo cuando nos encontramos con Cato, Ruben le dio un fuerte abrazo, y casi en una suplica le pidió que nos cuidáramos. Se detuvo en frente mío y sorprendiéndome, me sujeto de la nuca y un gesto paternal, beso mi frente, me observo en silencio para luego volver a tomar su maletín y salir en dirección contraria a nosotros. 
Cato me abrazo y subimos junto al auto de un hombre obeso, moreno y que fumaba sin cesar. No nos hablo, pero nos llevo hasta la frontera con Argentina. No hablamos, Cato no me interrogo, ni quiso saber como me sentía, se limitaba a tocar mi manos y acariciarla. 
Cato era un tipo alto, delgado, lucía cansado pero no dejaba de tener unos pequeños ojos verdosos brillantes, plantados en su rostro pálido. Me apoyé sobre su hombro y me dormí. 


Desperté producto del ruido que causaban ambos hombres al bajar nuestras maletas y mover un par de bolsos negros que estaban en el portamaletas. No pregunte que llevaba en su interior, ni deje que Cato me pidiera bajar del auto. Hace meses había aprendido un cierto lenguaje mudo que teníamos entre los tres. Los tres, siempre juntos, menos ahora... 
El hombre se alejo rápidamente en dirección contraria a la que estábamos nosotros, asustado supuse, pues llevaba las luces apagadas de la furgoneta blanca en la que habíamos viajado. 
Cato tomo ambas maletas y caminamos más de cuarenta minutos hasta que nos encontramos con una Señora de avanzada edad, la conocía, la habíamos visto hace un par de meses, no recuerdo cuantos, en una conferencia en Valparaiso. Me había encanto aquel viaje, Cato estaba pololeando con Nicole en ese tiempo, Nicole, era un mal recuerdo para Cato, a la semana de aquel viaje, comenzaron a tomar detenidos, y posteriormente desparecer o ser maltratados sin motivo algunos, varios de los acompañantes de aquel viaje, varios amigos y varios de los cuales Nicole había escuchado de boca de mi amigo. Para nuestra sorpresa la delgada joven de 18 años, colorina de exuberante busto había sido contactada por un primo lejano, llamado por sus padres, quienes espantados que llegara de la mano de Cato, le pidieron ayuda. Aquel hombre, tres años mayor, de las fuerzas armadas, muy amable se la llevo a Linares, se casaron y a la fecha tienen dos hijos. 
No se merecía a mi amigo, no se tenía el derecho de hacerle aquel daño y a él y a todos los demás. 
Desde ella, no le conocí más mujeres. Muchas vez supe de interesadas, cautivadas por su mensaje de lucha, por sus convicciones, por su traje de dos piezas, por su labor de Abogado, por él en realidad. 


La casa a donde nos llevo aquella señora, era muy pequeña, de adobe y pintada de blanco. Tenía dos piezas, pero aquella noche nos acostados uno al lado de otro, sin decir nada, con los ojos abiertos sin poder dormir. 
Hacía mucha calor, por lo que Cato solo estaba con su jeans y una camiseta manga corta, yo había saco un vestido liviano. Él se burlo de lo floreado de mi prenda y yo quise responderle su broma, pero no pude. Me acosté a su lado y tome su mano, entrelace mis dedos a los suyos y le dije. 
-Gracias Cato...no se que haría sin ti, no sé como soportaría todo esto. 
- Tranquila, estaré para ti, siempre... 
Extrañaba a Fernando, sentía que me comenzaba a enfermar de manera interna producto de su ausencia. Pero me sentía conforme con la presencia de Cato, me sentía segura con él, como hace muchos meses no me sentía, quizá era la lejanía del País, quizá era lejanía de todos, hasta de Fernando. 


Cuando desperté ya eran cerca de las dos de la tarde. Divise a Cato moviéndose en la terraza que tenía la casa. Para mi sorpresa tenía un amplio jardín, repleto de verde, lo cual me alegro instantáneamente. 
Me senté a su lado a comer, él había cocinado, lo sabía porque siempre cocinaba arroz con papas y carne molida. Se acerco y beso mi frente, yo para mi sorpresa me aferre a su torso y bese su mejilla. 
-Gracias. 
Susurre alejándome, el me miró y solo sonrió. 
No sabía cuanto nos quedaríamos ahí, no sabía que pasaría con nosotros. Solo sabía que esa pequeña tranquilidad era necesaria para luchar con todas mis fuerzas por Fernando. Lo había decidido, lo haría todo, todo lo que fuera necesario. Lo necesitaba. 

jueves, 11 de diciembre de 2014

REGRESA.-


I



Llevaba más de veinte y cuatro horas sin saber de él y me sentía desesperada. Caminaba de lado a lado aquel departamento que compartíamos hace más de un año, recordando una y otra vez aquella mañana cuando salio a una movilización, no lo quise acompañar. Me quede ordenando nuestra ropa. Debíamos salir pronto del País, las cosas se estaban poniendo cada vez peor y el miedo nos comenzaba a acobardar. 
Me acompaña Cato, Mario según el registro civil, Cato según nosotros. Un gran amigo de los dos, abogado y entendido del tema, conversaba en frente mío un montón de cosas que no era capaz de entender, preguntas que no tuvieron respuesta, solo veía su bolso a su costado derecho; El también tenía que salir del País. 

Eran las cinco de la mañana, estaba dormitando en el sofa de mimbre que instalamos en la terraza, envuelta en su chaleco de lana y con el corazón apretado. 
-Me llamo un amigo, esta en la 9na Comisaría. Voy para allá....
Quise ponerme de pie rápido, pero el me detuvo. Se plantó en frente mío con los ojos cansados y rojos. Me pidió me quedará ahí, ya que estaba muy alterada y podría ser peor para él. Me quede tranquila cuando prometió conseguir una visita para mi. 

Regreso a 11:00 AM, horas que fueron eternas para mi. Entro casado, ya con la corbata desarreglada, el pelo despeinado y los ojos pequeños de tanto cansancio. Lo ví entrar y me pareció estaba cinco kilos más delgado. 
Me apresuré para increparlo, necesitaba me pusiera al tanto de la situación legal de Fernando, obsevandolo con mirada suplicante. 
Me espanté cuando ví ingresar tras de el un hombre, no muy mayo, quizá de nuestra edad pero que producto a su traje de dos piezas negro y su cabello engominado lucía mayor. 
-Es Rúben, él nos va a ayudar.
Era un amigo de la Universidad, que estaba dispuesto a tomar el caso de Fernando. Fue escueto; Nosotros tenemos que salir del País ahora. 
Recién ahí volví a sentirme con fuerzas, necesitaba que él supiera que no me movería sin verlo, no sin saber como estaba. 
Su amigo, el que parecía tener bastante influencias, consiguió que me dejaran verlo, a las 16:00 PM. A las 08:00 PM saldríamos hacía Argentina. 
Me puse mi jeans holgado y un chaleco de hilo. Cato tomo bolso y lo metió junto al suyo en su camioneta azul. 
Pude ingresar junto a Ruben, en calidad de su abogado, a una pequeña sala de paredes grises, que daban la impresión de estar humedas. Me senté en una de las dos sillas de maderas que estaban dispuestas en medio del lugar. Rúben se paro a mi costado mientras veíamos ingresar a Fernando, sobando su muñeca, supuse producto del malestar de las esposas, con un ojo morado y un pequeño corte en su labio inferior. Tuve ganas de correr hacía él, pero Ruben me detuvo y me incito a esperar que la persona que lo traía abandonara el lugar. Me recordó ahí, sus indicaciones; No mencionar el viaje, no mencionar el destino, no mencionar con quien íbamos.
-¿qué paso...? 
Producto de mis caricias en su rostro apretó sus ojos productos del malestar. Supé que sus heridas eran recientes. 
-¿Quien es? 
Cuestiono mirando fijo a Ruben. Llevaba la misma ropa que cuando salio del departamento. 
-Es un amigo del Cato.. 
Lo abracé, sintiendo sus brazos rodear mi cuerpo y besar mi cabellera. Levante la vista y lo besé en los labios, primero con suavidad, para luego ser más intenso. No me daba cuenta pero lloraba, en ese momento lloraba.
-Estarás bien, el Cato te cuidará ya hable con él...no te preocupes por mi, yo saldré de acá y volveremos a estar juntos. Lo prometo. 
Se me apretó el corazón.
-Me muero si te pasa algo...
-No me pasara. Te amo. 
No quiso ahondar de sus heridas, ni responder cuando pregunte si había comido. Ruben nos interrumpió para informarle que le entregarían ropa y comida. Recién ahí me entere que lo trasladarían a una Comisaría en Puente Alto. Según Ruben eso era bueno, se comenzaría a cursar rápido su juicio. 
Lo bese reiterada veces, deseando no nos separáramos nunca. Ruben me tomo del brazo y me ayudo a salir del lugar. Me sentía débil,el dolor me comenzaba a afectar, 
-Te amo...
Murmuro. Con sus ojos cansados, con sus labios secos, con su ojo morado, con su ropa sucia, con sus manos secas, con sus pies cansado, con el corazón apretado igual que yo de miedo. 




lunes, 24 de noviembre de 2014

Nos vemos.-

Gracias a la vida...que me ha dado tanto...

Canta con tal soltura de cuerpo que él se quedo pasmado por su soltura de cuerpo, pasmado por sus piernas cubiertas a penas por una tela verdosa, pasmado por su manos que se movían suavemente, acariciando a su guitarra, Pasmado por el aro en su nariz, pasmado por sus pelos que con coquetería se perdian entre sus pechos, pasmado con sus ojos que intensamente lo miraron cuando nota su presencia. 
No dijeron nada. Él no pudo decir nada. 
Un joven delgado con ropa holgada, se acerco a ella, junto comenzaron a tocar otra tonada. Instrumental, era una canción que conocía. 
-Estos hippies del siglo veinte, viven de nuestros impuestos -- Se quejo su hermano mayor, tomaba de la mano a su hija Amelia y prácticamente le cubria todo el rostro evitando que los mirase. una exageración -- Deja de mirarlos Cristobal, que nos vendrán a pedir monedas. 
Estaban a diez minutos de la casa en la playa, que desde niños visitaban en Enero, en Febrero generalmente cada cual realizaba sus planes. Cristobal iba en primer año de Sicologia, por lo que lo único que deseaba hacer era quedarse en la hamaca todo el día y olvidarse de los libros que leyó. Le gustaba la idea de que sus padres se fueran a Mexico, así nadie le gritaría con espanto cada vez que pasaba más de una semana sin afeitarse. Ya le bastaba con lo despotas que parecían frente a su carrera. No perdían oportunidad para mencionar lo bien que le iba a su hermano mayo en la Clínica. 
A penas llego, dejo las bolas sobre la mesa de la cocina, tomo su revista y camino hasta el jardín. Nadie lo llamo,sabían que los ignoraría, otra vez. 
 Comenzaba a dormitar cuando escucho un par de jóvenes conversar apoyados a la reja que dividía su amplia casa de dos pisos y siete habitaciones de la calle de tierra, que aun a pesar de los años y la insistencia de sus padres, el municipio no pavimentaba. Se apoyo sobre sus brazos para escucharlos más de cerca. Mera curiosidad, que aumento al notar la silueta entre los arbustos de la joven que cantaba con semblante despreocupado. 
Su piel era más bronceada de lo que pudo notar, y sus curvas más femeninas de lo que aquella postura encorvada le había permitido ver. 
Se quiso incorporar mayormente para poder escuchar la conversación, cuando termino cayendo de la hamaca, llamando la atención de los jóvenes. 
-¿Quien anda ahí? -- Intervino uno de los jóvenes, que no había visto en la feria. Cabello largo negro. 
- Mierda....-- Se quejo. 
-Me tiene  aburrido estos cuicos, creen que pueden andar escuchando todo. 
-Deja, puede haber sido un perro. 
-Un perro que se sube a la hamaca. -- Uno de los jóvenes había encontrado la manera de ver a Cristobal entre los arbustos. 
Cristobal tomo su revista y corrió hasta el interior de la casa, desde ahí vio como los tres jóvenes tocaban el timbre con efervescencia, con aire petulante, buscando una explicación, la cual Cristobal no tenía. 
Dolores, la asesora del hogar, recién llegada de la casa de su tia, que viajo a Londres por un semestre, desconociendo a los amigos frecuentes de Cristobal los hizo pasar, les pidió esperaran en la sala y se extraño al ver al joven de cabello alborotado caminar cabizbajo hasta la sala en donde los tres jóvenes lo esperaban. Ellos con actitud desafiante, ella con una sonrisa dibujada en sus labios color rojo. 
Uno de ellos, el que anteriormente había comenzado a cantar junto a la única mujer del grupo, estaba parado con sus manos sobre su cadera, observando con mucha dedicación el lugar en donde Cristobal vivía, ya no parecía alterado sino más bien impresionado. 
El joven de cabello largo negro, y que resulto tener un tono de voz mucho más bajo fue el primero en hablar- Extendió su mano y espero a que Cristobal la sujetara en señal de saludo.
-El es el Cato-- Señalo al joven que junto sus dos manos e inclino un poco. -- Ella es Colomba y yo soy Tomas. 
-Hola...-- Susurro a penas, recibiendo un beso en cada mejilla de parte de ella, Colomba, quien además tenía olor a flores. 
-¿Tu nombre? -- Lo interpelo Cato. 
-Yo, yo...bueno soy Cristobal. 
-Hermano tu casa es majestuosa. ¿Nos podríamos bañar en la piscina? Tengo la piel un poco reseca de pura agua salada. -- Los hombre, rompieron en carcajadas, mientras ella los miraba con el ceño fruncido. 
-Disculpalos, nosotros nos vamos...
-No, no, no...quédense, claro se pueden bañar. ¿quieren comer algo? 
-¡Si es gratis, obvio!
Colomba parecía distante mientras Dolores llevaba entre ellos galletas, queques y diversos panes, claro a penas la veían acercarse los jóvenes iban en su encuentro agradeciéndole sus atenciones. Ellos se bañaban con total gusto, mientras ella solo los observaba de lejos con sus pies dentro de la piscina. Lejana y distante. Tanto así que Cristobal tuvo ganas de sacar su cámara profesional y retratar aquel perfil. 
Recordó las lecciones de su compañero de universidad Patricio y camino decidido hasta donde ella estaba. 
-Entonces...Colomba es tu nombre.
-Así es...y el tuyo Cristobal. -- Sonrió de lado. 
-Así es. -- Ambos guardaron silencio. Un silencio incomodo.--  Cantas muy bien. 
-Gracias.  -- Se comenzaba a arrepentir de acercase a hablarle. -- Te vi. Me estabas escuchando. 
-Si.... lo siento...-- Soltó avergonzado. 
-¿Por qué? -- Rozó su hombro. -- Para eso canto, para que me escuchen. 
Pasaron la tarde hablando de ellos, de el amor por la música de Colomba, la Sicología de Cristobal. 
Él estaba impresionado, Colomba llevaba tres años viviendo con Tomas y Cato (del cual nunca se entero su verdadero nombre) Tenía tres hermanos mayores, de los cuales no sabia mucho, sus padres estaban separados hace años y ambos ya contaban con una nueva familia. Un tema poco relevante para ella. 
No tenía preocupaciones del futuro, ni bienes; solo contaba con una mochila con todos sus tesoros en el hostal que se estaban hospedando. 
Los padres de Cristobal se espantaron al ver a esos dos hombres de cabello largo en su piscina y qusieron sacarlos de inmediato. 
-¡No puede ser! No entiendo que estas haciendo hombre por Dios. -- Ofuscado su padre, ya comenzaba a tomar un color rojizo. 
-Siempre se quejan de mis amigos, que no vienen y cosas así...
-¿Son tus amigos? -- Pregunto incrédula su madre.
-Si, algo así....
-Bueno Roberto, dejemoslos, Los suegros de Jose Ignacio nos esperan. -- Intercedió la mujer a favor de su hijo menor. Le beso la frente y observo de reojo a los jóvenes que expectante esperaban la señal del recién conocido Cristobal para tomar sus cosas y salir del lugar.  

cuando cayó la noche se recostaron sobre el pasto mirando el cielo. El lugar era bastante bello, y alejados de la iluminación de la casa, las estrellas se notaban mucho más. 
Cato y Tomas sacaron un cigarro y comenzaron a filosofar del mundo. Mientras Colomba se puso de pie y camino hasta el interior de la casa. Él tardo un par de minutos en seguirla, dejando  atrás a los dos hombre, que según palabras de ellos mismo, no eran más que hermanos. Cato tenía una novia que visitaba cada seis meses y que estaba viviendo con un grupo de Budistas en Con-Con y Tomas llevaba más de siete años sin una relación estable. Él era el que llevaba más tiempo dejando todo lo que lo atará a un solo lugar, entre los lugares que visito estaba Argentina, Perú, Bolivia, Uruguay y Brasil. Había dejado su casa desde la muerte de su única novia. Cristobal no demoro mucho en comprobar que el líder natural de aquel grupo vivía en etapa de negación constante. 
Colomba se detuvo en uno de los pasillo de la casa, tenía sus manos tras su espalda, y esta apoyada en la pared. En silencio, aún distante, aún cautivadora. Dejando confundido a Cristobal, el que estaba lleno de pensamientos, rodeado de voces que parecían escucharse en ecos por toda la casa desolada. 
Cristobal había sido abandonado por su primera polola, hace más de ocho meses, ocho meses en lo que había vivido en una abstinencia, por lo que pensó su deseo sexual era tal, que lo llevaba a estar tan interesado en Colomba. Pero teniéndola así, tan cerca de él, observando tan de cerca sus ojos, sus labios, sintió que la amaba de verdad, de una manera loca y pasional. La amaba, en ese momento y lugar la amaba de verdad. 
Beso sus mejillas, luego su cuello y bajo por sus brazos. Se tomaron de las manos, se besaron en las orejas, se rozaron. Los pechos de Colomba rozaban el tórax agitado de Cristobal, las piernas de ella, se enredaban entre las de él. Las respiraciones de ambos chocaban entre la breve distancia entre sus bocas. Sus cuerpos se atraían y contraían con cada milímetro de piel que se rozaban. 
Ella lo atrajo hacía ella por su cuello, y sintió de inmediato como las manos de él recorrían su cuerpo, como sus cuerpos se agitaban al compas que se quitaban la ropa con cierta desesperación.
-Vamos...vamos a mi pieza -- susurro agitado.
-No, aquí, 
Él se extraño al verla estoica parada enfrente de el, decidida a que pasará ahí. Se las arreglaron para rodear la cadera de él con las piernas de ella. Y él mantener el peso de ambos en aquel acto tan sensual y fuera de lo normal, para el al menos.


Cuando amaneció Cristobal estaba en su hamaca, se sentía agotado y mal humorado producto del sol que llegaba directamente en sus ojos. Busco a su lado a Colomba, pero no la encontró. Se incorporo para buscarla, pero no estaba, ni ella ni los demás. nadie. 

Dolores, se le acerco con un vaso de agua, espero que este lo tomara y se alejo en silencio. 


Cristobal busco por su casa alguna pista de Colomba y de ellos, hasta paso por el estado de buscar si faltaba algo. Pero nada, no había nada. Y no se atrevió a preguntarle a Dolores. 
Cuando subió a su habitación se encontró con una nota, al desconocer la letra supo que era de ella, o al menos de alguno de ellos. 


En simples palabras le decía que lo amaba. Hablaba de amor y el no se sintió tan loco por sentirse enamorado de ella. Le dejaba una dirección y terminaba la carta comentando que esperaba algún día se encontrarán ahí. 
A Cristobal le tomo dos años tomar la decisión de ir a esa dirección, mucho más maduro, mucho más decidido y con mucho más miedo. Solo llevaba una mochila de viajes y una botella de agua cuando se detuvo a las afuera de una casa en la playa de Con Con, la reconoció era la casa en la playa en donde vivían los budistas, donde vivía la novia de Cato, la cual le abrió la puerta con un embarazo de siete meses a la vista. 
Colomba salio tras la mujer, mucha más madura, mucho más bella, y mucho más enamorable ante los ojos de Cristobal. 

No se dijeron mucho, solo se abrazaron, besaron e hicieron el amor por horas, antes de abrir la boca y decirse a los ojos que se amaba. 





martes, 26 de agosto de 2014

.-

Paso, ya no quiero gastar más entradas de mi Blog en ti, pasa que aquellos que forman parte de mi vida, quieran o no, formaran parte queriendo o no de alguna de estas entradas. Esta vez no, no serás parte de esto.





Y paso...-

martes, 19 de agosto de 2014

Me volvió loca tu forma de ser, si, pasado.-

'' Y a mi me volvió loco tu forma de ser. Tu egoísmo y tu soledad, son estrellas en la noche de la mediocridad''
Es cierto, me volvió loca tu forma de ser, ese cierto aire de desconectado del mundo, esa sonrisa entre burlesca, irónica, sinica y real. Todo al mismo tiempo, toda esa mezcla de sentimientos tuyos, todas esas señales inequívocas que das por el mundo. Preocupado pero despreocupado a la vez, lejano pero con la mirada sobre todo. Eso asusta, ahora que me acerco más de acerca asusta.
Por ello es nada contra tu poco compromiso, poca responsabilidad y respeto por el tiempo y dedicación de los demás, en eso me encontraba, criticándote con soltura de cuerpo, con énfasis en la perdida de tiempo y por la poca entrega reciproca, cuando el personaje que describiré alto como un ropero, tierno como un cachorro y valiente como león, me dijo, "¿Por qué le pides a los demás, lo que tu no das? Eres como el metro, das un mal servicio pero pides dedicación por completo" Me sentí devastada, atacada, por dos simples motivos; Tenía razón y es cierto, el metro es pésimo.
Es cierto, no he dedicado mi mayo atención, quizás debí llamarte y decirte ; "Te quiero, te extraño, hasta quizás te ame" O no debí reírme cuando me dijiste que estaba camino a enamorarme. Quizás, debía asumir que aquello podía pasar, que era factible. Todo era factible antes de que sacara una hoja en blanco y comenzara a llenar con una interminable lista de tus defectos. Debí haberlo hecho antes de comenzar a pensar más en tus cosas malas que en las buenas, antes de sentirme decepcionada de las acciones que esperaba de tu parte, de esas acciones que nadie me prometió, ni que nadie me dijo llegarían, de esas acciones que todo el mundo sabía me quedaría esperando de tu parte, lo veían venir con a través de tu risa molesta, de tus malas palabras, de tu poco honestidad y del montón de mentiras que se mezclaban con la realidad y con el monto de ilusiones maltrechas y de  malos ratos.
Ahora debería venir la frase de ; Todo pasará, es por algo y vendrá algo mejor. Pero lo reemplazaré a que no gaste mi tiempo en una inversión sin pies ni cabeza. Pero claro, también es eso de que vendrán cosas buenas, momentos felicidad y por qué no, quedarse con las risas y las tardes de conversaciones, más que mal esos momento no tiene porque pasar a en listar aquellos defectos enumerados.

miércoles, 30 de julio de 2014

Yo no sé si me quieres o me extrañas.

Era una especie de tercer piso a los ojos de todos, el entre techo frente los míos.
Lo conocía hace tres semanas, no tanto, y en circunstancias extrañas, no en la que esperaba. Él era un extraño que se volvía cada vez más, en un conocido querido.
Estaba parado a mi costado, con las manos en su cadera, expectante frente mi opinión. Esperando mi veredicto ante aquel cuadrado de manera, con dos amplios ventanales en forma de "v" que dejaba a la vista el frondoso jardín. A penas  una cama en medio de aquel lugar, en el suelo, con amplios y variados cojines de diversos colores.
Me senté en una de los cojines más amplios que eran utilizados como una especie de sillones.
Sobre la única mesa que estaba en lugar, una especie de cajonera de mimbre y madera, había un par de libros, los conocía; Uno de ellos, se lo había prestado yo y el segundo lo habíamos visto en una librería hace un par de semanas, me había obsequiado uno. Lo había aceptado con un tanto de recelo, pero no lo pude rechazar, era un gran obsequio; un libro original. Era mucho pedir. Estaba bastante agradecida.
Estuvimos un par de minutos sin decir nada. Su rodilla cubierta por un jeans café rozaba la mía, media desnuda, cubierta por la delgada tela de mi panty negra. Me dedique a observar su polera holgada y sus manos moviéndose nerviosas a la altura de su estomago abultado, gracias a las cervezas y comidas de fin de semana. Sonreímos nerviosos y me sentí patética, estoy segura que él también.
- Me gusta este lugar...
- Si es lindo.
Me gusta su cabello largo, me gusta el olor de su perfume. Me gusta su sonrisa amplia y su gran capacidad de socializar. Era un gran conversador y aunque no quería sentir cosas por el, me era imposible no sonreír cuando salía a mi encuentro los sabados o me llamaba al regresa a casa.
Se puso de pie para mostrarme una fotografía de la casa antes ser terminada. Aquella construcción había comenzado con su abuelo, interrumpida por el nacimiento de su primera hija, luego retomada por su yerno, interrumpida por el nacimiento de él, y terminada luego del entierro de su abuelo.
Me puse de pie para mirar por uno de los ventanales y note el ventanal que estaba instalado en el techo. Entonces dije : "Debería ser increíble dormir o despertar acá...o cuando llueve"
Entonces, me acerco a su cuerpo con sus manos en mi proyecto de cintura y me beso. Lento, rápido, pausado, tierno y sensualmente a la vez.
No quería sentirme bien con él, estaba en la busqueda de encontrar relaciones sanas, de crecer, de cambiar y esta ahí besandome con el, dejando que tocara el costado de mi cuerpo, alborotando su cabello y queriendo que me quisiera, pero esta vez sin ser yo la que quería tanto.

- Me encantaría pasar mucho más tiempo acá.
- No tienes porque dejarlo en supuesto, pasarás más tiempo acá.-




domingo, 6 de julio de 2014

No tengo porqué ser la de las relaciones fallidas.-

Escucho en un programa que le preguntan a sus gustosos panelistas cuales son los patrones que siguen en sus relaciones amorosas, y muchos dicen que no tienen patrones, otros dicen que le gustan las personas alegres y un par termina diciendo que siempre terminan con hombres inmaduros, una dice que le han tocado puros hombres que tienen problemas con sus madres. Entonces, me pregunto ¿Cual es mi patrón de relaciones? Y medito. 
Yo soy la amiga de las relaciones fallidas, de esas relaciones fugases, esas intensas pero breves, nunca duran mucho, pero dan para hablar meses, y que muchas veces dejan aprendizaje por los intensa que son.
Siempre hombres inmaduros, con miedo al compromiso y con una constante de gustarle la fiesta, entonces escucho a la sicologa que  esta en el programa, diciendo : "A veces buscamos relaciones que nos mantendrán en un estado de inestabilidad, de sufrimiento, porque estamos acostumbrados a tener una vida así" Y pienso que puede ser cierto. Puede que busque relaciones así, puede que inconscientemente busque relaciones que me mantengan así, preocupada, alerta, en ese estado de incomprensión constante. Porque parte de mi vida fue así. 

Entonces escucho algo que me hace quedar aún más en silencio. La  Sicologa dice; No tiene porque ser así, no tenemos que meter en la cabeza, en nuestro más íntimos pensamientos, que no hay motivo de que así sea.-
Y tiene razón, no tengo porque ser la persona que no piensa en casarse porque a tenido malas experiencia, no tengo que ser la amiga que siempre esta soltera porque se fija en puros "Pasteles" no tengo porque ser la que siempre anda viendo cual pretendiente es peor que el otro, no tengo que ser la que no tiene una relación estable porque siempre el personaje de turno le tiene miedo al compromiso, ya sea por inseguridad, por no querer perder la incipiente soltería que ya bordeando los treinta es una inminente mala señal. No tengo que ser la que no se proyecta porque el acompañante no da la altura. No tengo que ser la que comparte sus sueños y ambiciones con amigos porque el otro que acompaña para los besos no acompaña por el esfuerzo de sueños. No tengo porque pensar que no llegará un hombre que me de seguridad, estabilidad y confianza plena. Un hombre que me de todo el valor que tengo. 
Y eso leeré una y otra vez; No tengo que ser la amiga de las relaciones fallidas.
Si llegará a mi vida un hombre dichoso de tenerme a su lado, de ver mis cualidades, de reírse de mis chistes y dispuesto a dejar sus noches de salidas por pasar el tiempo conmigo. Un hombre que le importen más los sentimientos que el sexo, un hombre de verdad que no crea aun en su cabeza que tiene quince años. 
Yo no tengo porque tener ese papel en la vida, nadie me lo ha designado y estoy segura que el destino no esta escrito así para mi. Yo debo cambiar esa imagen de mi misma, me tengo que dar mi tiempo a solas, intentar buscar romances en otros escenarios y cada vez que un personaje de sonrisa permanente, de gran personalidad y que generalmente conozca por las noches se me acerque, deberé volver a abrir este Blog, leer esta entrada y pensar que no tengo ese papel asignado en mi vida, no más, ya no soy la madre suplente de hombres inseguros, no soy la terapeuta de hombres con miedo, ni debo perseguir ni cuidar a hombres con traumas. Yo me merezco una relación mejor, una estable y en donde la felicidad sea el protagonista, además de la estabilidad, seguridad, aprendizaje constante y crecimiento. La madurez sea mi consejera y el amor sea visto como algo sano y no de dolores de cabeza.
Que así sea, decreto que así será.- 

domingo, 29 de junio de 2014

Algún Día.-

Las dos habitaciones le parecían inmensas, las divisiones entre la cocina, baño y living/comedor se le hacían muy marcadas, en medio de la sala, con sus brazos al costado y con una sonrisa nerviosa. Luego de que todos aquellos que le ayudaron a trasladar aquellas cajas de cartones y maletas recién armadas, se marcharan sudados y con una sensación de abandono.
No sabía por donde comenzar, había mucho ante sus ojos, tanto que no sabía si podría culminar aquella misión que hace un par de meses había tomado. Con firmeza, con determinación, sensaciones que ahora se comenzaban a transformar en miedo y resquemor. Era mucho, así se veía desde aquella sala.
Contaba con un pequeño jardín, al cual deseaba dedicarle parte de su tiempo, plantar un par de arboles pequeños, flores y algo de paso para tomar el sol durante el Verano.
La cama que había comprado hace un año, se veía bastante grande, comenzó a ordenar la ropa en las cajoneras, organizar sus zapatos y decidió encender el televisor.
Suspiro profundamente y comenzó a repetir una y otra vez que aquella decisión había sido tomada, con firmeza y con seguridad de que sería una buena oportunidad de crecimiento. Si, seria difícil levantarse cada día, caminar de la habitación a la cocina, prepararse su café mañanero y organizar la colación para el día de labores. La tienda de flores que estaba a menos de siete cuadras de su nuevo hogar, por lo que no tardaría mucho en llegar cada tarde, sentarse en el sofá que había visto por primera vez en una tienda de antigüedades junto a sus amigos. Prendería un incienso diferente cada día y prendería su radio favorita, nadie le pediría que bajara el volumen,  ni que se acostara temprano, de todas manera lo haría, mantener una casa, ordenar las cosas, cocinar, trabajar y pagar las cuentas serían mucho en un comienzo, quizá hasta el primer año.  Pero para aquellos momentos, podrá recordar cada vez que la decisión fue tomada con seriedad, con seguridad y por sobre todo con esperanza de un nuevo camino, de un nuevo comienzo y un futuro con dificultades pero con mayores felicidades.
Termino de ordenar su ropa, cocino una pasta y se sentó en la pequeña terraza de su hogar, prendió un cigarro y contemplo la noche, tranquila, pacifica y eterna.
Cruzó sus piernas, cruzo sus brazos y cerró los ojos, paclidamente.

-- Si, esto era lo que quería...

martes, 20 de mayo de 2014

Yo no te amo, ni te amaré.-

Hoy me he dado cuenta de que hay muchas cosas que no sabes, y probablemente nunca llegues a saber, tal vez porqué no existe porque. Pero hasta el momento no he bajado mis brazos respecto a lo bueno que hay en ti. Si, yo aun tengo fe en ti, aunque titubee al decirlo, hasta al pensarlo.
Me he propuesto seguir con mi lista y seguiré con el siguiente punto, de nuevo entras tu en esta escena que yo he creado.
Debes saber que por miles de factores, si soy de esas que todo lo atribuyen a los signos, la luna, tu año y hora de nacimiento, así que aquí voy.
Siempre pienso en alguien, me gusta estar extrañando a alguien, enamorada o no, díganlo como quieran, así es.
Me gusta que me hagan cariño aunque parezca fría a veces, pocas veces pero lo parezco. Me gusta hacer cariño también. Me gusta el contacto físico...
Me gusta hablar con las personas, más si eres alguien que admiro o me gusta. Por ser alguien dentro de mi historia ten por seguro que me encantará hablar contigo.
Me gustan las preguntas, sobre todo esas que me hacen estar en aprietos.
Me gustan las fotos, los paseos, los viajes, me gusta sentarme en el lado de la ventana cuando viajo en bus. Si me gusta viajar en bus.
Me gusta que me hagan detalles, cosas pequeñas, muestras de afecto, así me demuestra que pensaste en mi aunque sea un minuto. Ojala lo hagas algún día.
Me gustas tú....
Me gusta tu voz tierna, solo a veces.
Me gustan tus ojos cuando me miran fijo, sin decir nada. Lo siento pero muchas veces cuando hablas se acaba la magia.
Me gustan tus caricias.
Me gustan tus consejos serios.
Me gusta cuando me llamas "idiota" Pero con una sonrisa formada entre tus labios rozando los míos. No creo tolerar alguna vez escucharte decir eso con rencor.
Me gusta tus besos en el cuello.
Me gusta mirarte sin decir nada.
Me gusta saber que nada de nosotros es para siempre, me gusta saber que debo intentar conquistarte con mucho esfuerzo, sino terminaras por olvidarme. Y a la vez odio todo lo que acabo de escribir,
Me gusta que seas diferente.
Me gusta que me hables con rudeza cuando no quiero entender las cosas.
Me gustan tus abrazos y lo segura que me siento.
Me gusta sentirme así, tengo mayor inspiración.
Me gusta que no me tiriten las piernas cuando estoy contigo, pero me asusta ¿ Será que no te amo?

domingo, 18 de mayo de 2014

Las paredes.-

Siempre me había preguntado la horrible sensación que debe sentir al momento de perder a alguien importante en tu vida y no me refiero a esas peleas de novios, que vuelven a las semanas, ni esas discusiones con tus padres que se arreglan a las horas, ni el distanciamiento natural con los amigos al crecer que luego de años, es una anécdota. Pero ellos, todos ellos están ahí, los puedes llamar cuando te sientas solos, puedes ir a sus casas un sábado por la tarde y decirle que lo sientes, que los quieres de nuevo en tu vida. Pero aquellos que mueren, que su cuerpo queda vació en esta tierra, que es tomado y enterrado bajo tierra dejando a su alma deambulando por ahí sin sentido en algunos casos. Nunca me llegué a imaginar eso. No podía, no llegaba a dimensionar todo ello. No hasta esa noche.
 Habíamos discutido por algo sin sentido, yo me molesté porque no llego a la hora acordada y él parecía molesto que le repitiera una y otra vez el tema. Dejamos de vernos dos meses antes de aquella tarde.
No habíamos visto al menos tres veces, encuentros rápidos y sin mucho sentido, nunca volviendo a hablar de estar juntos o retomar la relación. Nada de eso, y de a poco me atormentaba pensar que ambos nos estábamos olvidando, pudiendo vivir el uno sin el otro. Menos hasta esa tarde.
Me llamo su amigo y compañera de universidad, tal vez encontró mi número celular en el suyo, lo cual era factible, él fue el primero en llegar al lugar del accidente, a dos cuadras de su casa a las tres de la mañana. Una hora más tarde me llamo, en el tercer intento le contesté.
No quise creer los primeros cinco minutos, era imposible. Pero su voz era agitada, y tenía fama de ser uno de los más serios del grupo, no jugaría con eso, no con él.
Llegué una hora después de ese llamado. Lo hubiera hecho antes, pero mientras entraba al baño caí al suelo abatida, con el pecho oprimido y las lágrimas agolpadas en mis ojos. No podía creer que aquello fuera cierto y aquel dolor me estaba destruyendo.
Solo tome mi buzo azul y una chaqueta negra, deje la parte superior de mi pijama gris y tome mi pelo en una media cola. No me preocupe mayor mente de mi rostro, las lagrimas se ocupan de mantenerlo tirante producto del secado de algunas que no alcanzaban a desaparecer en mi cuello. El resto del retraso es producto del taxista que probablemente aun adormecido demoro más de lo que yo hubiese querido.
Al llegar al hospital él estaba recostado en el suelo, con su chaqueta entre sus manos, la reconocí de inmediato.
- Sus padres están por llegar.- Dijo.
- ¿Como está...?
- Ven, pediré que te dejen pasar.
Estaba inmóvil, recordé las muchas veces que le pedí que se quedará quieto, que dejará de moverse, y lo mucho que desee en ese momento me recibiera con una sonrisa. Tuve ganas de moverlo, de hacer que despertará, que me viera, que abriera los ojos y me viera, que me escuchara disculparme, que nunca más volvería a reclamar nada, pero que no me dejará con aquella imagen como la última de ambos. Necesitaba decirle que lo amaba....
No pude hacerlo.
Murió cerca de las siete de la mañana y me quede con todas esas palabras en mi garganta, con su chaqueta entre mis manos y la textura aun de su piel sobre la mía.
Su familia paso por mi lado sin poder acercarse a comentar que sentían mi dolor, pues el de ellos era mucho peor. No solo el hombre que amaba había muerto por la imprudencia de un conductor ebrio, también se había ido un hijo, un hermano, un sobrino, un nieto, un amigo, el hombre que no le pude decir que lo amaba.
Siempre pensé que nos volveríamos a ver cualquier tarde de verano por la playa, o en alguna festividad. Que algún día volvería a llamar o que yo lo buscaría, no pensé que quedaría con aquellas ganas de decirle lo mucho que amaba su sonrisa, sus forma de abrazarme y sus besos indiscriminados en mi cuello.
Lo peor, es saber que hagas lo que hagas nunca más estará cerca de ti, es diferente que vaya de viaje, se vaya del País o de la región, pero que nunca más puedas escuchar su voz es algo que me atormenta hasta el día de hoy y no soy capaz de controlar.
De nada sirven las miles de cartas que he escrito, ni las horas, ni noches llorando. Solo quisiera tenerlo en frente mío diez minutos, decirle que lo amo y ya está, no espero que me responda, que me haga saber que es siente lo mismo por mi, ya que estoy segura que en aquel momento que entre a verlo al hospital y susurre que era yo la que estaba junto a él, movió
su mano y sujeto la mía, entre abrió sus ojos y busco los míos. Tal vez fueron solo segundos o simples reflejos pero aquello me basta para saber que en ese momento, ambos nos estábamos diciendo que nos amábamos.

domingo, 4 de mayo de 2014

Bienvenido Mayo.-

Este fines de Abril, fue movido para mi, todo Abril lo fue, de buena manera, de mala, de exagerada manera; pero lo fue.
Me dedique estos primeros días de Mayo a mi, a sentarme a ver televisión un día hábil para el trabajo que tuve la gran suerte de poder descansar, abrigada, sola con mis pensamientos, con la música, con las muchas horas de sueño, terminando con la mejor compañía; No se puede pedir más.
 Pude ir y decidir lo que quería hacer, escoger a alguien, tomar la decisión, acertada o no, pero decisión al fin. Más que mal la vida es así, de deben tomar decisiones y debo hacerlo con gran empeño.

La vida es difícil, las personas son difíciles de entender, de comprender, muchas veces no llego a entender porque las personas actúan así, porque esperan que yo haga ciertas cosas, porque esperan que actué de cierta manera cuando en realidad no lo haré. ¿Qué he hecho para que sientan que actuaré de dicha forma?
Es tan extraño darme cuenta que se creen con el derecho de venir y enfrentarme frente ciertas ocasiones, pero en realidad... ¿Quién tiene ese real derecho?  a mi parecer la lista comienza y termina con mi Madre en mi hogar y con mi Jefe en mi trabajo. Hasta ahora y como van las cosas no creo que exista otra lista.

En fin de cuentas Mayo te espero con  mucha emoción, me gusta Otoño, me gustan los días entre nublados y con los delicados rayos de Sol, me gusta lo creo vendrá, la actitud que estoy tomando, la ayuda sana que estoy solicitando, me gusta la compañía que tengo, me gusta contar con esos lindos recuerdos, me gusta pensar que vienen cosas buenas a mi vida, junto a las malas y difíciles
, pero me gusta ser positiva y pensar que no habrá nada que no me de fuerzas para continuar.

martes, 29 de abril de 2014

29/04

Hoy me pagaron, si, una felicidad para algunos, para mi, una extraña sensación. Porqué sera algo así, porque sentí que cambiaba mis horas de ocio, de sueño, de poder escribir, de poder leer, de poder hacer variadas cosas por un par de billetes que duraran menos de lo deseado. Me sentí extraña, no feliz, casi fuera de lugar, casi inmoral, casi desleal con mis valores y sueños.
Siempre he pensando que me gustaría quedarme en mi casa, escribiendo como antes, leyendo, viendo peliculas, saliendo con mis amigos, no sé miles de planes vienen  a mi cabeza, pero si lo veo de la manera capitalista del mundo en que vivimos sin dinero no podría llevar a acabo muchos de los planes que deseo para mi vida. Me siento en una disyuntiva entre continuar con lo que la Sociedad Chilena te enseña o continuar con aquel instinto de que la vida puede ser de otra manera, de que yo puedo hacer que sea de otra manera, de que con fuerza, con lucha, con alegría dentro de todo podre sentarme un día y dejar de sentirme desleal con mis sueños.

domingo, 20 de abril de 2014

Han sido tantas despedidas.-

Para esta semana santa  tenía pensadas muchas situaciones distintas, claro, quizá ese fue el problema pensar mucho en las cosas a acontecer, en consecuencia nada salio como pensaba pero todo sucedió como tenía que ser. Para todo, todos existe un plan de cosas, en conciencia o no, yo sabía que todo esto era lo mejor, que era mejor así pero aun así deja una extraña situación.
Leí la carta que te escribí, esa que nunca te enviaré y vuelvo a reafirmar mi insistencia por darle mayor valor del que realmente tienen las cosas; pero ahora la carta será diferente, es una carta de despedida, una en donde te digo que agradezco toda tu paciencia y las fuerzas con las que luchaste en contra de el sentimiento que yo forzaba a continuar, agradezco tus besos y cariños, tus ánimos y consejos, tu compañía y por supuesto todas esas risas entre los dos. Gracias por hacerme abrir los ojos, aun en esta etapa en donde todo termino, gracias por hacerme entender que debo dejar mi pequeño  mundo para comprobar que los demás pueden reír como llorar con mis actitudes, muchas veces infantiles y sin trasfondo. Gracias por todos esos besos.
Tal vez, en unos días no muy lejanos, nos volvamos a ver, tal vez sonriamos como siempre, tal vez nos esquivemos, tal vez cada uno tenga su nueva relación o tal vez estemos solteros de nuevo y terminemos por volver a besarnos entre los arboles. O tal vez, este próximo verano no nos veamos, ni el siguiente, ni el subsiguiente, terminando así por vernos años después cuando nos sentiremos como desconocidos. Quien sabe como será todo más adelante, porque si me hubieran dicho que sería así entre nosotros no lo hubiera creído.
He sentido tantas veces que ha sido la ultima que te vea, he pensado por semanas que nunca más te volvería  a ver, he asegurado que es la ultima vez, pero creo que en esta escena, tiene tintes de ser la ultima de guión. ¿Qué podría revivirnos? Unas disculpas frente a frente, una tarde de conversación, si, lo he intentado pero al parecer tu estas más dispuesto a castigarme por mi infantil actitud, casi asqueado de mi temple, que dispuesto a solucionar las cosas, aun así nos volviéramos a ver a la brevedad, la actitud de ambos ¿Es una buena señal? No lo creo. El enojo tan severo de nuestros genios, la frialdad de tus palabras, la insistencia de mi parte es una señal más que suficiente para decir ; Basta. Lo haré, se acabo.

Solo me queda ser mejor persona como siempre lo he intentado, quizá con mayor ímpetu después de tus palabras más frías, me preocuparé de disfrutar estas situaciones de mi vida, los conciertos próximos, los viajes próximos, las salidas próximas, todas las próximas situaciones beneficiosas, las experiencias, las alegrías y los pesares. En honor quizá a ti, viviré todo sin buscarle tanto sentido, sin creer que es por mi, ni preguntar todo aquello que no tiene sentido frente a mis ojos. Puede que hasta por ti deje pasar por alto los detalle que siempre te molesto recordará, y puede que hasta por ti, te recuerde bastantes horas al día hasta que ya me sienta lo suficientemente patética y me fuerce a dejar de hacerlo.

domingo, 6 de abril de 2014

La carta que no te enviaré.-

Si probablemente te escribiera una carta, que claramente no te enviaría, por muchos factores, puede que no te importe, que no quisieras saber o hasta que  te burlaras de mis letras, pero no me quitaras las ansias de escribirla. Aquí voy,

 Me gustan muchas cosas de ti, tus caricias, las risas, las ganas de hablar siempre, los muchos temas que podemos conversar, las veces que nos quedamos mirando sin decir nada, cuando realizas cualquier gesto tierno, cuando me ayudas, me abrigas, me cuidas. Me gusta tu preocupación.
Me gusta que me aguantes, que aguantes mis ganas de querer saber todo, las risas irónicas, las preguntas, las conversaciones extremadamente extensas.
No me gusta que esquives tus sentimientos, que no sepas que decir frente a ciertas preguntas, no me gustas que no sepas manejar tus emociones, no me gusta que te burles de mis situaciones, no me gusta que desconozcas mi capacidad emotiva, que no sepas comprender lo mucho que siento frente a cualquier situación, no me gusta que ocultes la parte tierna que creo tienes. No me gusta aun creer en ti sabiendo que algo no esta bien.
No me gusta haberme acostumbrado a tu presencia, a tu voz, a tus abrazos, a tus besos, a tu risa, a mirada intrigante sobre la mía. No me gusta extrañarte porque se que  no es reciproco.
Me gustaría poder hacerte unas cuantas preguntas, saber porqué actuas así, saber que pasa por tu mente al momento de pensar en mi, saber siquiera si piensas en mi, saber si estas en conocimientos de lo mucho que te pienso, extraño y deseo tener a mi lado, quisiera saber si saber lo mucho que estaba dispuesta a dar por ti, las tardes extensas dedicadas a besos y caricias, las salida de la dieta semanal por acompañarte a comer papas fritas con completos, las noches llegando tarde entre semanas, las salidas canceladas a ultimo momento obviadas por mi. No sabes lo mucho que te quiero y quise tenerte en mi vida, no sabes lo mucho que quisiera estar contigo, cuanto te quisiera a mi lado las tardes de domingo, los días de frío, las noches de soledad. No sabes tanto que hubiera sido perfecto para mi, aun siendo una historia lejana a las románticas que creo en mi mente.
Ahora, paso a paso, voy olvidándote y sumándote al listado de inspiración para escribir. Lamentablemente quisiera que fuese así pero como tantas cosas más en la vida no pueden ser como quisiéramos, no soy la única, unos cuantos más pasan por sus vidas sin tener lo que ansían con

domingo, 23 de marzo de 2014

'De los dos siempre fuiste el más veloz'.-

Le sudaban las manos, estaba sentada en el respaldo derecho de aquel sillón de cuerina gastado por los años, movía el pie derecho sin parar, intentando sonreír de costado porque sab
ía que aquella sonrisa le gustaba a él. Apago la luz rápidamente para estar en el breve tiempo en frente de ella. Poso sus manos en su cuello para besar con pasión tal que movió su peinado y sus lentes. Se dejo besar por él. Con una sonrisa en el rostro.
Bajo por sus pechos y recorrió sus piernas con tal libertad. Se sentó sobre su cadera y podía mirarlo a penas con la escasa luz que le permitía la luna. Pero veía sus ojos, los veía mirarla y en ese momento se sentía la mujer más importante y bella de la tierra, solo porque él la miraba de esa manera, porque la tocaba de esa manera, porque la hacía sentir deseada de esa manera.
Saco su poncho de lana y lo dejo caer en el suelo, movió el cierre de aquel poleron verde, y recién ahí dejo a la vista un poco de su piel. Adentro sus manos debajo de su chaleco de lana azul y se apresuro a sacarlo, para besar luego su cuello. Se sintió genial porque lo sintió estremecerse debajo de sus labios, con aquel simple gesto.
 No era capaz muy bien de entender que estaba sucediendo ahí. Solo sabía que aquello le gustaba. 

La luz de la luna, su poncho en el suelo, su cabello revuelto y la respiración agitada de él.
Inocentemente quería dejar todo hasta ahí, no quería hacer nada para que él creyera que llegarían más allá.
Nada para que creyera que pasaría algo más entre ellos. Inocentemente no quería romper aquella magia.
Cuando dejo notar sus intenciones, noto su reacción. Ya no la miraba con ternura, ni sonría, no tocaba sus manos con ternura, ni besaba sus mejillas. Eso la destruyo.
Él tomo su poncho desde el suelo, lo acerco a su pecho de manera brusca. Se giro y salió del lugar.
Sin saber que hacer, tardo unos minutos en entender todo.
Cuando iba a mitad de camino comenzó a llorar con mayor confianza, sin ocultar las lágrimas escurridizas que se colaron de sus ojos. Esa vez de verdad se sintió utilizada, y pensó que nunca más dejaría que ningún hombre la embaucara como él, que nadie más le hiciera creer que llegar a tal nivel de intimidad era así de fácil, que nadie más le haría querer hacer algo que iba en contra de sus emociones y sueños. Que nadie más le haría pasar de sentirse tan bella y hermosa, a una mujer mundana utilizada.





Nadie.-

martes, 11 de febrero de 2014

El extraño caso de "M"

Suelo ser de esos personajes que la gente le suele decir"Estoy tan agradecida de tenerte en mi vida" "No te quiero perder" "Eres tan buena hija" Etc, Pero también suelo ser de esos personajes que aman u odian, es así conmigo. Y no digo que eso sea malo o bueno, creo que ya pasando los veinte deje de pensar en eso, y los veinte no los pase hace mucho, más bien aun me siento de diez y ocho muchas veces.
Me ha tocado también que me dicen "Eres mucho para mi" "Puede que algún día me arrepienta de perderte" "Tu mereces algo mejor" O la típica "Lo mejor esta por venir" No quiero sonar pesimista, al contrario, siempre intento, me esfuerzo en ver el lado mejor y me ha tocado que efectivamente después de todo lo malo me suceden cosas buenas que me hacen olvidar de inmediato lo que me apenaba. La vida no me ha jugado feo, para nada, no puedo decir eso. Pero lo siento, continuo creyendo que esas frases de echarse la culpa en algo de pareja son el peor recurso, aunque hay casos que debo asumir que efectivamente yo era mucho, yo y cualquiera porque si hablo de la calidad de personas en la que yo he puesto mis cuatro ojos (Tomando en consideración mis lentes) es otra historia para largo.
Y me ven de nuevo, he aquí yo queriendo reclamar algo que no es mio, hacer exigencias, pedir cosas, enojarme cuando no llegan, gritar y chillar porque no me hacen caso, y por sobre todo exagerar cuando no hay porqué. Es difícil sobre todo para mi asumir que exagero mucho en los sentimientos, lo llamo pasión pero cierto carentes de sentido artístico pueden odiar mi sobre actuación frente ciertas cosas. Si yo me pongo feliz por un llamado, no es solo eso yo me pongo F E L I Z y se nota, de muchas maneras y formas y cuando estoy triste, yo no solo tengo una mirada apagada, yo hago de todo un melodrama y lloro, no finjo, sino que lloro de verdad. Siento todo muy al máximo, y me pregunto si será bueno o no...
Pero sobre lo que hablaba, eso, de las excusas, de ser muy buena y bla bla, creo que es simplemente un : No acepto con todo lo que vienes, y aunque piensen que soy una persona anti amor, no es cierto, yo continuo creyendo que llegue ese GRAN ser humano que sea capaz de entender cada parte de mi personalidad y al cual por sobre todo no tenga que soportar tanto, ni esforzarme tanto para ponerme feliz.
El caso del personaje "M" es peculiar, porque yo (El personaje exagerado y atolondrado) espero mucho de ese personaje, exijo mucho, pero a la vez me conformo con poco, porque me gusta el frenesí de ir y pedir mucho, de ir y abarcar mucho, cuando en realidad lo que yo he dado puede ser mucho menos. Me costo exactamente 16 días entender que personaje "M" no se convertira en mi principe azul, no será "Fernando" ni "Norman" Ni ninguno de los personajes de mis textos, él no llegará a ser el personaje que deja todo botado (Incluida sus vacaciones ) Por su gran amor, no será el que ponga petalos de rosas en la cama para ser el amor (O puede que si...) Y por sobre todo no se transformara, ni con mi mayor esfuerzo en lo que yo quiero.
La primera cosa de la lista para mi nuevo año 2014 es dejar de querer cambiar las personas, como las cosas del destino hay que aceptarlas como son, se debe hacer lo mismo con las personas. Por ello, la conclusión de caso "M" Es dejar de esperar tanto y dejar de sentirme atado a algo metafóricamente inventado en mi cabeza, y solo dejar a ese personaje con el papel que siempre ha tenido.