viernes, 18 de septiembre de 2015

Mis, felices fiestas patrias.-

Mis felices fiestas patrias, oscilan entre un padre ausente con severos problemas con alcohol/drogas, inmaduro e irresponsable, una madre hipocondríaca, que no pasa más de media hora quejándose, un allegado/pegote de hablar desagradable, desde tono se voz a léxico, un hermano con la mente en otro lugar - en donde seguro le gustaría estar más que con nosotros- un perro con necesidad de afecto constante. Y yo, irritable, con personajes perturbando mi cabeza,  sin deseos propios para estos días.
Si pudiera elegir, eliminaria a todos menos al hombre alto como un armario y con personalidad de leon, eliminaria al pintor, al ex, a los posible y saldría a cualquier lugar, donde sea, pero donde no nos tengamos que preocupar de los demás, de donde están, si se enoja si nos vamos, si nos van a llamar, que no vayan a preguntar que me van a llamar, que no hablen, etc.
Falta más coraje para hacet eso, falta coraje para dejar a estos personajes atrás y buscar los que quiero en mi historia, al fin y al cabo es mi vida, este es Mi blog, y todo lo demás do de exprese mi malestar es MIO.-

viernes, 11 de septiembre de 2015

Salvamos al mundo hoy _

Él había terminado hace más de un año, era una relación durarera como para que la familia la conociera bastante, como para que sus amigos de años llegaran a tener un grado mayor de confianza. Había superado por completo su relación, después de un periodo en donde hacía como si nada, eludiendo el tema y continuando con su vida, vino el periodo de escucharlo llorar por horas, en donde cada dos semanas deseaba morir, en donde ver una pareja feliz hacía que su furia floreciera.  Él había sufrido.
En ese año ambos habíamos crecido muchos, habíamos tomado la desición después de años de amistad a vivir juntos, era transitorio, él tenía agendado un viaje fuera del país, y yo buscaba un trabajo -soñado por cierto- en el Norte del país, y proyectando en un par de años fuera del país.
Era un departamento amplio, de espacios abiertos y una terraza - la cual fue la primera en decorar con una mesa de mimbre y un par de sillas de diferentes materiales - nuestras habitación estaban pareadas por lo que comenzamos a descifrar cada movimiento del otro.
Nos gustaba así.

Habíamos tenido ambos un par de parejas, nadie suficientemente importante para quedarse a dormir, o a tomar desayuno al día anterior. Aquel era un ritual nuestro, preparar el te de hoja, hacer la palta/huevos/tomates con queso, servirnos en nuestas tazas favoritas y conversar sobre lo que soñamos y lo que queriamos comer al regresar a casa y el labor del primero en llegar preparar.
Nos habíamos habituado a vernos semi desnudo por la casa, a que el notara mi sosten de bajo de mi polera de descanso, al yo ver tu estomago blanco cuando se sacaba la polera. No estabamos conociendo cada día.

No llegue a conocer mucho a su novia - aunque llevaron cinco años - los años en que ellos estuvieron jutnos, yo estaba viviendo con mi madre en Francia, nos escribiamos a diarío y haciamos videos llamadas una vez a la semana, por lo que la relación era bastante estrecha.  Estuve junto a él en su ultimo año de relación, Era una joven de grandes curvas, sonrisa serena y ojos calmados. no me hablaba mucho, pero estaba interasada en escuchar de mi, de mi historia con su pololo, que no era más que la coincidencia de vecinos del barrio, que vivieron por años siendo vecinos, que fueron al mismo jardin, colegio y liceo y que dieron juntos la PSU, no era más que eso. Había realizado mis estudios fuera del país y eso nos distancio de manera fisica, no de manera emocional.

Los Jueves eran los mejores días.
Él llegaba antes y siempre preparaba algo rico para cenar, cuando salía de mal humor, hacía lasagna, cuando estaba cansada me llevaba comida a la cama, ese fue el día.
Estabamos en mi cama, había hecho una fuente de lasagna y había sido generoso en su repartición.
-Estoy llena...
-Satisfecha, se dice... ¿que onda?
-Ay dejame...
Quito las bandejas de la cama- fuera de lo que se creía no era un hombre ideal, dejaba la puerta del baño abierta, no bajaba la tapa del wc, dejaba sus pelos por todos lados, su ropa en toda la casa, no lavaba muchas veces los platos y era un desastre para hacer las compras, pero cocinaba bien. En ese aspecto valía la pena.
Había comprado una botella de vino, estabamos comentiendo una infracción en cuanto a las reglas de las habitaciones pero estabamos comodos.
Estaba apoyado en mi hombro, y yo acariciaba su cabello, se incorporo de pronto para mirarme a los ojos, me extrañe y quise moverme para acomodarme, pero se apresuro y me beso, posiciono sus manos en mi cintura y ejercio mayor presió al beso. Me puse de pie rapidamente y me quede estatica al costado de mi cama, aun con la copa de vino en la mano. No decía nada.
-Esta bien... iré a dejar esto.
-No, no, yo lo haré.
-No.
Deje las cosas en la cocina americana, de espalda a la habitación repasando lo pasado anteriormente.
Había regresado al país por la muerte de mi Madre, no tenía mayores familiares en el país, era la persona más cercana a una familia y sentía miedo de cruzar aquella linea que por años nos esforzamos a delimitar con las demás personas, tipica era la pregunta :"Ah que linda pareja" y repetir "No, no lo somos, somos casi hermanos" Lo amaba, pero no de manera carnal, no me podría permitir algo así, aquel afecto carnal, aquel deseo del cuerpo del otro, es algo pasajero, es algo que no llega a ser para siempre, de así serlo es casi imposible. Son pocas las probabilidades de que estuvieramos juntos para toda la vida, podría romperse aquel lazo familiar que teníamos. Me daba miedo.
Él se acerco a donde estaba, a paso lento y cabeza baja.
-Disculpa...
-Esta bien, te confundiste pero..nosotros somos amigos, casi hermanos, superaremos esto juntos...lo sé.
-Yo no quiero superar nada...no somos hermanos. Yo estoy enamorado de ti..
-No, no, no...nosotros, no...
-No tengas miedo....
-¿No tengas miedo? ¿Quien me dice que tu y yo no nos separaremos en un par de meses y me quede sin familia? No necesito eso ¡No quiero eso!
-Yo no te dejaré...
-No, escuchame...no quiero nada...eres mi amigo y se acabo.- 


domingo, 6 de septiembre de 2015

S.O.S. ~Uno.-

Estaba sentado sobre él, me hacía el amor, me besaba los pechos, acariciaba los muslos. Besaba su cuello y gemía sobre su odio, sabía que le gustaba eso.





Estaba deseando salir corriendo del lugar, arrepintiendome de decir que aceptaba la invitación, aunque sabía que era demasiado pronto, y que era una mala idea. Siempre supé que era una mala idea, pero al verlo, entre los invitados; mi desicón tambaleo. 
Se veía tan desaeable con su barba bien cuidada, con su cabello peinado, su camisa a cuadros y su chaqueta de cuero. al momento de saludarlo noté su perfume que me afecto por completo, cerré los ojos y tuve ganas de besarlo, sin haber un porqué. Pero no lo hice, ni esa noche, ni durante casi el año que estuve de novia con uno de sus amigos, no era el menjor amigos pero amigos desde hace bastante años como para creerse casi hermanos, cada vez que las copas se les subian a la cabeza. 
No cruzabamos palabra más allá de lo normal: Hola, Chao, Como estás? que estes bien, cuidate. 

Mientras tanto mi relación, variaba desde semanas de intenso sexo, visitas fugases a su nueva oficina, salidas los fines de semanas, sexo y más sexo. 
no me podía quejar, eras estable y segura, la familia nos adoraba, y los padres nos dejaban a cargo de su casa durante sus viajes. Él ascendía en su empresa y comenzaba a hablar de una casa para nosotros. 

Con Cristian, tuvimos nuestra primera cercanía, durante las vacaciones de invierno. Habíamos arrendado entre todos una cabaña en Lagunilla, una cabaña equipada para no salir de ella, viendo por los amplios ventales las nieve caer. Y con una terraza amplia para los valientes que se nos gustaba quedarnos viendo como la nieve cubria todo a nuestra vista de blanco. Me gustaba ver como el silencio se congelaba con la nieve caer, me gustaba ver mis dedos rojos del frio y salir el vapor desde mi boca. Llevaba una chaqueta larga, botas y un gorro de lana. Aun así sentía frio. 
Tenía entre mis brazos un tazón de leche caliente y jugaba con el vapor salir de mi boca, cuando siguió mis pasos. 
Era uno de los pocos que iba sin pareja, eramos nueve personas, él, tres parejas, inclueyendonos, y un par de amigos, sin ningun vinculo entre ellos. Todos habían encajado de manera bastante buena. no existía razón para que escapará de ellos hasta llegar hasta donde estaba yo, en realidad tampoco tenía motivo para salir del calido hogar. 

Apareció a mi lado, me gustaba su ropa, una chaqueta acolchada roja, gorro negro y pantalones de jeans, unos bototos que lo hacía ver más alto que yo - considerando que era unos diez centimetros más alto que yo - Se quedo parado a mi lado, me sonrió como lo llevaba haciendo hace meses y se quedo en silencio. 
Un par de veces se giraba a verme mientras yo lo observaba sin decir nada, y unas par más lo noté observandome. Sentía el estomago apretado y me dabana ganas de gritar para preguntarle que estaba haciendo ahí. En lugar de eso, el comenzo a reir. 
-Disculpa....disculpa... 
-¿Te has desquiciado?
-No, no...pero me gusta creer que a ti, como a mi, te dan ganas de escaparte de este monto de gente...de quien fue la brillante idea de juntar a un grupo de personas con casi nada en común? No creo que haya sido tuya, porque pareces estar por momentos descolocada igual que yo... 
-Eres bastante observador....
-Un poco...pero dime, ¿Es cierto o no?
-Si...pero es común en mi, llevo meses sintiendome descolocada. 
-¿Y por qué? -- Se había acercado a mi, estabamos mirandonos frente a frente y sentía que su mano derecha se acercaba a la mía. 
-¡aquí estan, vamos que jugaremos monopoly! 
Estuvimos las tres horas que duro el juego, sin hablar, sin decir nada, pero sin parar de mirarnos, era como si algo muy importante hubiera pasado entre nosotros, era como si no pudieramos parar de mirarnos. 

Teniamos una pieza indiviual, encendío la calfeccación y se saco la polera mientras yo me ponía mi pijama de polar, comenzo a besar mi cuello y comenzo a tocar mis pechos sin mucho tino. Aleje sus manos y le dije que no pasaría nada. Espeto al respecto, me justifique que tenía frio y no tenía ganas. Se extraño. 

No lo volví a ver hasta la celebración de un amigo en común de ambos, al menos no por un tiempo prolongado. Fueron exactamente un mes y dos semanas. En ese tiempo, lo acompañé a ver su nuevo hogar, tuvimos un ruptura de una semana por no aceptar vivir con él, y cambie mi lugar de trabajo. Él no parecía entende rmis ansias locas de hacer un cambio en mi vida, deje mi trabajo en la tienda de vestidos finos por una tienda en el barrio Lastarrias, era una tienda de ropa alternativa, la mayoría  de confección nacional, contaba con una pequeña cafetería vengetariana y la dueña la había conocido en una convocación de literatura romantica, era una mujer pequeña, de un metro veinte aproximadamente, cabello morado, lentes gigantes negros y un lunar en su labio superior. Era voluptuosa y con una voz grave, era Maria Ignacia. 
Ella me estaba impulsando a arrendar un departamento en la parte superior de donde se encoentraba su tienda/café "Delirio" Yo lo estaba pensando era un edificio de fachada antigua, seis pisos, ventales grandes, piso de ceramica, grandes balcones donde podría poner mis plantas. El no lo sabía, Cristian si... Lo había encontrado en el barrio Lastarrias, estabamos cerrando el local, era mi primer cierre, junto a Dorotea, una joven Alemana, delgada, rubia, con minimo español y con un club de fans masculinos que le ofrecian desde joyas a dinero en efectivo. 
-¿Eres tu...? --  Me gire asustanda, podría ser un acosador o un ladron. No, era el, llevaba jeans ajustados, zapatos puntiagudos, camisa a cuadros roja y el cabello despeninado. 
-Depende a quien buscas...
-Eres tu... -- Se quedo parado en frente mio, llevaba una cerveza en su mano derecha y un cigarro en la izquierda. No dijimos nada. Escuchamos a lo lejos como sus amigos vocieraban su nombre. Se acerco, beso mi mejilla de manera estruendosa y se alejo. 
No dije nada, ni le conte a él. 
Esa noche debía ir a su departamen to en cambio me fui a mi casa. 

Esa noche en la fiesta, pensé en que le gustaría ponerme. 
Me arreglaba en la habitación de él. Llevaría un vestido corto, en campana rojo, con los labios rojos y ojos delineados negro, el pelo rizado romado en una coleta al costado. Él se me acerco por la espalda comenzo a besar mi cuello, tocando mis caderas hasta subir a mi pecho. entendía su desesperación, llevabamos un par de semanas sin volver a tener sexo. 
-No, tenemos que irnos al cumpleaños. 
-No me importa llegar una hora tarde. 
-A mi si...
-¡Pero si no te cae bien ! 
-Pero no tengo ganas....ya te he dicho. 
No hablamos hasta llegar a la fiesta., A penas lo vi, noté su mirada recorrer mis piernas cubiertas por las pantys negrs. Llevaba unos pantalones negros, una polera negra de una recordada banda de rock. Se acerco lentamente hasta besarme en la mejilla, me apreto a el unos escasos minutos y se alejo. 

Durante la noche, en una amplia mesa, tomando desde cervezas hasta mojitos, nos animamos a jugar "Verdad o desafio" él perdio, debía verme bailar con uno de sus amigos, al parecer ese era el peor castigo, jugar con sus celos. Gracias a los mojitos que había tomado, me puse de pie, inmediatamente, sin esperar que me rogaran. Sus amigos tardaron en ver cual sería el obejtivo de sus celos. Cristian bebió lo que quedaba de su cerveza y se planto en frente mio. 
En ese momento, con el estomago apretado, se me habia olvidado como bailar sin querer besarlo, el me miraba a los ojos con una sonrisa de costado que comenzaba a afectar mi estabilidad. 
Esperamos para que comenzará a sonar un tema de reggeton. él comenzo a moverse, me acerco a el por las caderas, apegandome a su cuerpo caliente, que realizaba una cierta reacción quimica junto a él. No tardé en tomarle el ritmo, me gire y el me abrazo rapidamente por la espalda, apoyando sus labios sobre mi cuello, besando mi nuca, besando mi odio, besando mi cabello, mientras mi mano estaba al costado de su rostro. 
Cuando la canción termino, él estaba parado en frente mio, extendi su mano para que la tomará, se me acerco para besarme, pero corrí mi cara. 
-Permiso, debo ir al baño... 
Debía mojarme pronto, debía controlar ese calor. 
a penas entre al pequeño cuarto, no me preocupe en cerrar la puerta, di la llave y deje correr el agua mientras mojaba mi nuca. Cuando noté siu reflejo en el espejo, me sorprendí. 
Cerro la puerta con pestillo, regreso a donde estaba y se posiciono en frente mio, camino dejando mi cuerpo entre la pared y él, tomo mis manos, subio por mis brazos se detuvo en mi cuello, subio a mis labios y mi rostro y beso mis labios, no apasionamente como me imaginaba, sino de manera pausada. 
-Cristian...qué...que estamos haciendo....
-Creeme que no tengo idea. 
Cambio por completo la intensidad, metio sus manos de bajo de mi vestido, beso mi cuello y la loma de mis pechos, levanto mi peso por mis piernas y me subio al pequeño mueble al lado de lavado. Se las arreglo para bajar mis pantys y tocar mis piernas por debajo de la delgada tela, subio sus manos hasta tocar mi vientre y meter sus manos por debajo de mi tanga. Bajo mi vestido solo un poco para tener loibre acceso a mi torso y mis pechos, sin dejar de besarme, darme unos deliciosos y prolongados besos. 
Bajo sus pantalones y comenzo a penetrarme, sin necesitar media hora de dilatación, sin necesitar preambulo romantico, siendo la mejor experiencia de mi vida. Me embestia cada vez con mayor intensidad. Me ayudaba sujetandome del mueble con mi mano derecha y con la izquierda practicamente jalando del corto cabello de su nuca, besando su frente, sus labios, sus mejillas, sus oidos, su cabello, escuchandolo gemir en mi oido, besandome en mi hombro. 
Por primera vez en mi experiencia sexual, había logrado un orgasmo, sin necesidad de juegos sexuales, sin necesidad de horas de sexo, sin esfuero casi sobre humano, en un baño de un bar bailable, con uno de los mejores amigos de mi pololo, sin sentirme culpable. 
Cuando ambos terminamos, no paro de besar mis brazos y cuello, mis mejillas y mis labios. Me ayudo con el vestido y con las pantys, me ayudo a tomarme el cabello y hizo ver que el condo había funcionado. 
No salimos de inmediato, necesitabamos poder dejar de mirarnos y desearnos con la mirada. 
Abrio la puerta y me dejo salir antes que él. Se posiciono detrás mio. 
-Te iré a ver a la tienda. 
No me dijo nada más, no me dirigió la palabra durante toda la noche. 
-¿Que te paso? -- Me espeto tomando mi brazo de manera brusca. 
-Nada, dejame . 
Tuve que evitarlo durante toda la noche, no quería que me besara, ni que me preguntará porque tenía aquella expresión rebosable de felicidad. No podía explicarle, no tenía las palabras. 
En ultimo momento tome un taxi hasta mi casa, no podía ir a la suya. 
No conteste sus llamadas durante el día, durante la noche fui a su casa. 
-Por fin apareces, me puedes decir que te pasa....
-Tenemos que hablar... 
-¿Hablar? de que?
-De nosotros...es imposible que no notes que las cosas no estan bien...
-No estan bien porque no quisiste venir a vivir conmigo, no has querido dar los pasos que tenemos que dar como pareja, como una pareja adulta. En cambio quieres ser una cabra chica que cambia de trabajo y no se estabiliza. 
-¡Siempre has sabido que no es lo que quiero! yo no quiero estabilidad, quiero vivir...
-No eres una niña chica, madura por favor!
-Esta bien, terminamos, se acabo.... 

No me busco en una semana, ninguno de los dos lo hicieron, pero me sentía bien. 
Esa semana fue tiempo de cambios, me corté el cabello hasta las mejillas, perforé mi nariz y cambie de casa. 
El departamento lo compartía con Arlet, una estudiante de arte, exuberante, de caracter afable, y muy buena dispoción que me ayudo con la decoración. Se ofrecio amablemente a pintar una de las paredes de mi cuarto, con un par de arboles y un pequeño sol. 
Arme mi cama para mirar directamente hacía la venta, sin cortinas, poner un par de sillas en la terraza, poner mi ropa en el colgante expuesto que tenía y acostumbrarme a la nueva vida. 

Apreció un día Martes, el clima estaba calido, yo llevaba una jardinera con falda plato de jeans y una zapatilla baja, se sento en una de las mesas y pidió un jugo natural. 
-¿Deseas algo más? 
-Se que me debes odiar... 
-No te odio, solo imagine que aparecierías. 
- No sabes lo que fue para mi tambien asumir que no fue un error lo que paso... 
-¿No lo fue?
-Yo te quiero -- tomo mi mano, conmoviendome. -- Seré el peor amigo de la historia pero yo a ti te quiero, te quiero de verdad...yo sé que estan en una relación...que quizás hasta el te quiera pedir matrimonio...
-Terminamos, hace tres meses...¿no sabias?
.¿Que? -- Se puso de pie por la impresión. No me dejo responder, se me acerco me agarro desde el cuello y me beso, apasiondamente, bajando hasta mis piernas.
Maria Igacia se me acerco -- ya en conocimiento de la historia -- Me dio la tarde libre. 
Sin decir nada fui en busqueda de mi mochila,  y lo jale practicamente de la tienda, en la vereda lo besé por primera vez sin culpa. 
Caminamos por horas de la mano, me compro un helado, yo le invite un Waffle. Caminamos hasta que la noche comenzo a caer y comenzamos a sentir frío. Arlet no estaría esa noche en casi, por lo que lo invite a quedarse. 
-¿que haremos? 
Habiamos preparado fajitas, estabamos sentados en el piso de mi habitación y con musica de fondo. 
-No sé...no quiero hacerle daño..pero ¿Es eso posible?
-Nos va a odiar, de cualquiera manera... 

No sabíamos bien que hacer, pero ya esa noche, nos sentiamos hacer el amor. Nos amabamos, y era casi imposible ante la logica. 



viernes, 4 de septiembre de 2015

Lo que quiero.-

Se lo que quiero, quiero una tarde de viernes, después del trabajo, tomar un auto, un bus, un tren, llegar a un cabaña, a una casa, un hotel, hostal. Ponerme ropa cómoda, poner musica de fondo, abrir las ventanas, sacar una botella de vino para ti, preparar jugo natural si quieres, poner algo pada picar, papa fritas quizas, brochetas de frutas, galletas, lo que sea. Abrir las ventanas de par en par, que entre la luz del sol, que entre el viento, que me despeine cuando este a tu lado y me abraces, que te guste mi pelo despeinado, que me quieras sacar una foto con mi pelo despeinado, que me saques una foto sonriendo, muchas fotos sonriendo. Nos gustaran.
Que nos sentemos en la ventana, ojala una terraza, tomemos nuestro juego o tu vino, que tengas tu brazo rodeando mi cuello, besando mi cabeza, sin decir nada, solo ahí, los dos y silenciosos. Sintiendo el aire, sintiendo el viento, notando cuando esté más frío, pero que no queramos abrigarnos, sino que estar ahí, tocándonos, sintiendonos en la piel aún estando lejos. Viendo el atardecer, sin importar la hora, sin importar lo que paso en la semana, sin importar cuanto costo el viaje, sin importar el valor, cuanto nos demoranos en llegar, ni cuanto nos demoráremos en volver, solo importando ese momento. Ahí, viendo ese paisaje, siendo los personajes más importante de la historia en ese momento, en ese día, en esas horas, viendo lo mismo, sintiendo los escasos rayos de sol, escuhando esa misma musica, con el vieno acariciandonos, haciendo un preámbulo para cuando nuestros cuerpos se reunieran, quemándose, recordándose y siendo únicos.-