martes, 29 de abril de 2014

29/04

Hoy me pagaron, si, una felicidad para algunos, para mi, una extraña sensación. Porqué sera algo así, porque sentí que cambiaba mis horas de ocio, de sueño, de poder escribir, de poder leer, de poder hacer variadas cosas por un par de billetes que duraran menos de lo deseado. Me sentí extraña, no feliz, casi fuera de lugar, casi inmoral, casi desleal con mis valores y sueños.
Siempre he pensando que me gustaría quedarme en mi casa, escribiendo como antes, leyendo, viendo peliculas, saliendo con mis amigos, no sé miles de planes vienen  a mi cabeza, pero si lo veo de la manera capitalista del mundo en que vivimos sin dinero no podría llevar a acabo muchos de los planes que deseo para mi vida. Me siento en una disyuntiva entre continuar con lo que la Sociedad Chilena te enseña o continuar con aquel instinto de que la vida puede ser de otra manera, de que yo puedo hacer que sea de otra manera, de que con fuerza, con lucha, con alegría dentro de todo podre sentarme un día y dejar de sentirme desleal con mis sueños.

domingo, 20 de abril de 2014

Han sido tantas despedidas.-

Para esta semana santa  tenía pensadas muchas situaciones distintas, claro, quizá ese fue el problema pensar mucho en las cosas a acontecer, en consecuencia nada salio como pensaba pero todo sucedió como tenía que ser. Para todo, todos existe un plan de cosas, en conciencia o no, yo sabía que todo esto era lo mejor, que era mejor así pero aun así deja una extraña situación.
Leí la carta que te escribí, esa que nunca te enviaré y vuelvo a reafirmar mi insistencia por darle mayor valor del que realmente tienen las cosas; pero ahora la carta será diferente, es una carta de despedida, una en donde te digo que agradezco toda tu paciencia y las fuerzas con las que luchaste en contra de el sentimiento que yo forzaba a continuar, agradezco tus besos y cariños, tus ánimos y consejos, tu compañía y por supuesto todas esas risas entre los dos. Gracias por hacerme abrir los ojos, aun en esta etapa en donde todo termino, gracias por hacerme entender que debo dejar mi pequeño  mundo para comprobar que los demás pueden reír como llorar con mis actitudes, muchas veces infantiles y sin trasfondo. Gracias por todos esos besos.
Tal vez, en unos días no muy lejanos, nos volvamos a ver, tal vez sonriamos como siempre, tal vez nos esquivemos, tal vez cada uno tenga su nueva relación o tal vez estemos solteros de nuevo y terminemos por volver a besarnos entre los arboles. O tal vez, este próximo verano no nos veamos, ni el siguiente, ni el subsiguiente, terminando así por vernos años después cuando nos sentiremos como desconocidos. Quien sabe como será todo más adelante, porque si me hubieran dicho que sería así entre nosotros no lo hubiera creído.
He sentido tantas veces que ha sido la ultima que te vea, he pensado por semanas que nunca más te volvería  a ver, he asegurado que es la ultima vez, pero creo que en esta escena, tiene tintes de ser la ultima de guión. ¿Qué podría revivirnos? Unas disculpas frente a frente, una tarde de conversación, si, lo he intentado pero al parecer tu estas más dispuesto a castigarme por mi infantil actitud, casi asqueado de mi temple, que dispuesto a solucionar las cosas, aun así nos volviéramos a ver a la brevedad, la actitud de ambos ¿Es una buena señal? No lo creo. El enojo tan severo de nuestros genios, la frialdad de tus palabras, la insistencia de mi parte es una señal más que suficiente para decir ; Basta. Lo haré, se acabo.

Solo me queda ser mejor persona como siempre lo he intentado, quizá con mayor ímpetu después de tus palabras más frías, me preocuparé de disfrutar estas situaciones de mi vida, los conciertos próximos, los viajes próximos, las salidas próximas, todas las próximas situaciones beneficiosas, las experiencias, las alegrías y los pesares. En honor quizá a ti, viviré todo sin buscarle tanto sentido, sin creer que es por mi, ni preguntar todo aquello que no tiene sentido frente a mis ojos. Puede que hasta por ti deje pasar por alto los detalle que siempre te molesto recordará, y puede que hasta por ti, te recuerde bastantes horas al día hasta que ya me sienta lo suficientemente patética y me fuerce a dejar de hacerlo.

domingo, 6 de abril de 2014

La carta que no te enviaré.-

Si probablemente te escribiera una carta, que claramente no te enviaría, por muchos factores, puede que no te importe, que no quisieras saber o hasta que  te burlaras de mis letras, pero no me quitaras las ansias de escribirla. Aquí voy,

 Me gustan muchas cosas de ti, tus caricias, las risas, las ganas de hablar siempre, los muchos temas que podemos conversar, las veces que nos quedamos mirando sin decir nada, cuando realizas cualquier gesto tierno, cuando me ayudas, me abrigas, me cuidas. Me gusta tu preocupación.
Me gusta que me aguantes, que aguantes mis ganas de querer saber todo, las risas irónicas, las preguntas, las conversaciones extremadamente extensas.
No me gusta que esquives tus sentimientos, que no sepas que decir frente a ciertas preguntas, no me gustas que no sepas manejar tus emociones, no me gusta que te burles de mis situaciones, no me gusta que desconozcas mi capacidad emotiva, que no sepas comprender lo mucho que siento frente a cualquier situación, no me gusta que ocultes la parte tierna que creo tienes. No me gusta aun creer en ti sabiendo que algo no esta bien.
No me gusta haberme acostumbrado a tu presencia, a tu voz, a tus abrazos, a tus besos, a tu risa, a mirada intrigante sobre la mía. No me gusta extrañarte porque se que  no es reciproco.
Me gustaría poder hacerte unas cuantas preguntas, saber porqué actuas así, saber que pasa por tu mente al momento de pensar en mi, saber siquiera si piensas en mi, saber si estas en conocimientos de lo mucho que te pienso, extraño y deseo tener a mi lado, quisiera saber si saber lo mucho que estaba dispuesta a dar por ti, las tardes extensas dedicadas a besos y caricias, las salida de la dieta semanal por acompañarte a comer papas fritas con completos, las noches llegando tarde entre semanas, las salidas canceladas a ultimo momento obviadas por mi. No sabes lo mucho que te quiero y quise tenerte en mi vida, no sabes lo mucho que quisiera estar contigo, cuanto te quisiera a mi lado las tardes de domingo, los días de frío, las noches de soledad. No sabes tanto que hubiera sido perfecto para mi, aun siendo una historia lejana a las románticas que creo en mi mente.
Ahora, paso a paso, voy olvidándote y sumándote al listado de inspiración para escribir. Lamentablemente quisiera que fuese así pero como tantas cosas más en la vida no pueden ser como quisiéramos, no soy la única, unos cuantos más pasan por sus vidas sin tener lo que ansían con