jueves, 28 de julio de 2011

Recuerdalo.-


“Recuerdo un día de mierda de un mayo de mierda. Le dije a mi mamá que te llamara. No podía levantarme de la cama, no paraba de llorar. Y le dije, muy seria: “Mamá, llámalo”. Ella me miró, sólo me miró y me dijo: “No vamos a llamar a nadie”.

Meses después conocí a un tipo que tenía mucho de ti. De hecho, lo traje a un cumpleaños a esta casa. Y un día apareció el gringo con su sonrisa que lo borra todo y que me hace sentir que me perdonará una y otra vez, y volví. Pero te mentiría si te digo que no pienso en cómo será otra vida, cómo será estar contigo. Si hubiéramos tenido hijos, si estaríamos en medio de una tormenta de nieve o en un verano recorriendo un pueblito empedrado. O las cosas simples: comprar frutas, pagar alguna cuenta, ir a comprar un regalo. No es que esté mal, no es que no quiera lo que tengo. Es sólo que no puedo evitar. Quisiera asomarme y mirar, mirar otra vida”.

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