domingo, 20 de abril de 2014

Han sido tantas despedidas.-

Para esta semana santa  tenía pensadas muchas situaciones distintas, claro, quizá ese fue el problema pensar mucho en las cosas a acontecer, en consecuencia nada salio como pensaba pero todo sucedió como tenía que ser. Para todo, todos existe un plan de cosas, en conciencia o no, yo sabía que todo esto era lo mejor, que era mejor así pero aun así deja una extraña situación.
Leí la carta que te escribí, esa que nunca te enviaré y vuelvo a reafirmar mi insistencia por darle mayor valor del que realmente tienen las cosas; pero ahora la carta será diferente, es una carta de despedida, una en donde te digo que agradezco toda tu paciencia y las fuerzas con las que luchaste en contra de el sentimiento que yo forzaba a continuar, agradezco tus besos y cariños, tus ánimos y consejos, tu compañía y por supuesto todas esas risas entre los dos. Gracias por hacerme abrir los ojos, aun en esta etapa en donde todo termino, gracias por hacerme entender que debo dejar mi pequeño  mundo para comprobar que los demás pueden reír como llorar con mis actitudes, muchas veces infantiles y sin trasfondo. Gracias por todos esos besos.
Tal vez, en unos días no muy lejanos, nos volvamos a ver, tal vez sonriamos como siempre, tal vez nos esquivemos, tal vez cada uno tenga su nueva relación o tal vez estemos solteros de nuevo y terminemos por volver a besarnos entre los arboles. O tal vez, este próximo verano no nos veamos, ni el siguiente, ni el subsiguiente, terminando así por vernos años después cuando nos sentiremos como desconocidos. Quien sabe como será todo más adelante, porque si me hubieran dicho que sería así entre nosotros no lo hubiera creído.
He sentido tantas veces que ha sido la ultima que te vea, he pensado por semanas que nunca más te volvería  a ver, he asegurado que es la ultima vez, pero creo que en esta escena, tiene tintes de ser la ultima de guión. ¿Qué podría revivirnos? Unas disculpas frente a frente, una tarde de conversación, si, lo he intentado pero al parecer tu estas más dispuesto a castigarme por mi infantil actitud, casi asqueado de mi temple, que dispuesto a solucionar las cosas, aun así nos volviéramos a ver a la brevedad, la actitud de ambos ¿Es una buena señal? No lo creo. El enojo tan severo de nuestros genios, la frialdad de tus palabras, la insistencia de mi parte es una señal más que suficiente para decir ; Basta. Lo haré, se acabo.

Solo me queda ser mejor persona como siempre lo he intentado, quizá con mayor ímpetu después de tus palabras más frías, me preocuparé de disfrutar estas situaciones de mi vida, los conciertos próximos, los viajes próximos, las salidas próximas, todas las próximas situaciones beneficiosas, las experiencias, las alegrías y los pesares. En honor quizá a ti, viviré todo sin buscarle tanto sentido, sin creer que es por mi, ni preguntar todo aquello que no tiene sentido frente a mis ojos. Puede que hasta por ti deje pasar por alto los detalle que siempre te molesto recordará, y puede que hasta por ti, te recuerde bastantes horas al día hasta que ya me sienta lo suficientemente patética y me fuerce a dejar de hacerlo.

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