viernes, 11 de septiembre de 2015

Salvamos al mundo hoy _

Él había terminado hace más de un año, era una relación durarera como para que la familia la conociera bastante, como para que sus amigos de años llegaran a tener un grado mayor de confianza. Había superado por completo su relación, después de un periodo en donde hacía como si nada, eludiendo el tema y continuando con su vida, vino el periodo de escucharlo llorar por horas, en donde cada dos semanas deseaba morir, en donde ver una pareja feliz hacía que su furia floreciera.  Él había sufrido.
En ese año ambos habíamos crecido muchos, habíamos tomado la desición después de años de amistad a vivir juntos, era transitorio, él tenía agendado un viaje fuera del país, y yo buscaba un trabajo -soñado por cierto- en el Norte del país, y proyectando en un par de años fuera del país.
Era un departamento amplio, de espacios abiertos y una terraza - la cual fue la primera en decorar con una mesa de mimbre y un par de sillas de diferentes materiales - nuestras habitación estaban pareadas por lo que comenzamos a descifrar cada movimiento del otro.
Nos gustaba así.

Habíamos tenido ambos un par de parejas, nadie suficientemente importante para quedarse a dormir, o a tomar desayuno al día anterior. Aquel era un ritual nuestro, preparar el te de hoja, hacer la palta/huevos/tomates con queso, servirnos en nuestas tazas favoritas y conversar sobre lo que soñamos y lo que queriamos comer al regresar a casa y el labor del primero en llegar preparar.
Nos habíamos habituado a vernos semi desnudo por la casa, a que el notara mi sosten de bajo de mi polera de descanso, al yo ver tu estomago blanco cuando se sacaba la polera. No estabamos conociendo cada día.

No llegue a conocer mucho a su novia - aunque llevaron cinco años - los años en que ellos estuvieron jutnos, yo estaba viviendo con mi madre en Francia, nos escribiamos a diarío y haciamos videos llamadas una vez a la semana, por lo que la relación era bastante estrecha.  Estuve junto a él en su ultimo año de relación, Era una joven de grandes curvas, sonrisa serena y ojos calmados. no me hablaba mucho, pero estaba interasada en escuchar de mi, de mi historia con su pololo, que no era más que la coincidencia de vecinos del barrio, que vivieron por años siendo vecinos, que fueron al mismo jardin, colegio y liceo y que dieron juntos la PSU, no era más que eso. Había realizado mis estudios fuera del país y eso nos distancio de manera fisica, no de manera emocional.

Los Jueves eran los mejores días.
Él llegaba antes y siempre preparaba algo rico para cenar, cuando salía de mal humor, hacía lasagna, cuando estaba cansada me llevaba comida a la cama, ese fue el día.
Estabamos en mi cama, había hecho una fuente de lasagna y había sido generoso en su repartición.
-Estoy llena...
-Satisfecha, se dice... ¿que onda?
-Ay dejame...
Quito las bandejas de la cama- fuera de lo que se creía no era un hombre ideal, dejaba la puerta del baño abierta, no bajaba la tapa del wc, dejaba sus pelos por todos lados, su ropa en toda la casa, no lavaba muchas veces los platos y era un desastre para hacer las compras, pero cocinaba bien. En ese aspecto valía la pena.
Había comprado una botella de vino, estabamos comentiendo una infracción en cuanto a las reglas de las habitaciones pero estabamos comodos.
Estaba apoyado en mi hombro, y yo acariciaba su cabello, se incorporo de pronto para mirarme a los ojos, me extrañe y quise moverme para acomodarme, pero se apresuro y me beso, posiciono sus manos en mi cintura y ejercio mayor presió al beso. Me puse de pie rapidamente y me quede estatica al costado de mi cama, aun con la copa de vino en la mano. No decía nada.
-Esta bien... iré a dejar esto.
-No, no, yo lo haré.
-No.
Deje las cosas en la cocina americana, de espalda a la habitación repasando lo pasado anteriormente.
Había regresado al país por la muerte de mi Madre, no tenía mayores familiares en el país, era la persona más cercana a una familia y sentía miedo de cruzar aquella linea que por años nos esforzamos a delimitar con las demás personas, tipica era la pregunta :"Ah que linda pareja" y repetir "No, no lo somos, somos casi hermanos" Lo amaba, pero no de manera carnal, no me podría permitir algo así, aquel afecto carnal, aquel deseo del cuerpo del otro, es algo pasajero, es algo que no llega a ser para siempre, de así serlo es casi imposible. Son pocas las probabilidades de que estuvieramos juntos para toda la vida, podría romperse aquel lazo familiar que teníamos. Me daba miedo.
Él se acerco a donde estaba, a paso lento y cabeza baja.
-Disculpa...
-Esta bien, te confundiste pero..nosotros somos amigos, casi hermanos, superaremos esto juntos...lo sé.
-Yo no quiero superar nada...no somos hermanos. Yo estoy enamorado de ti..
-No, no, no...nosotros, no...
-No tengas miedo....
-¿No tengas miedo? ¿Quien me dice que tu y yo no nos separaremos en un par de meses y me quede sin familia? No necesito eso ¡No quiero eso!
-Yo no te dejaré...
-No, escuchame...no quiero nada...eres mi amigo y se acabo.- 


No hay comentarios:

Publicar un comentario